A veces la dificultad inicial desemboca en el cumplimiento de un viejo sueño.
Al encontrarme sin coche, un domingo, desayunando a pleno sol en la terraza del Hotel Sahyl de Torvizcon, mi amigo Manuel me propusó prestarme su bellisimo caballo para poder subir hasta mi casa, en la loma la señora.
8 km de montaña, a lo largo de una carretera interminable que se abre paso entre un mar de árboles ora blancos, ora fucsia intenso. Los almendros están en flor.
una mañana de invierno
la caraja
la pista
urano libre
tan bello...
Urano hizo sentir su presencia los 4 días que compartimos alli arriba. Lo de estar amarado pero no tropo, al pie de un almendro, parecía convenirle pero detestaba la humilde cuadra de techo mas bien raso que le tenía preparada. Ni el mejor lecho de paja limpia, ni la mas tierna de las cebadas lo lograron convencer. El último día, como si supiese que ibamos a bajar a la mañana siguente a la "urbe" y retornar a su cuadra, en los altos del pueblo, se amotinó. Terminamos todos los habitantes de la loma la señora detrás de su señoría mientras pataleaba por delante y por detrás... Entró de muy malas ganas y me despertó a grandes patadas en la puerta de su cuadra de buena mañana. Después de desayunar, él avena, yo galletas, emprendimos el camino de retorno.
a punto de marchar
a caballo
la meta, torvizcon en lo hondo del valle
mas almendros
A Urano, como aMachu Pichu el Gato, le encanta beber agua de la canilla.
